Autora: Ma. Melba Forero Garavito.
Ella como mujer era inocente pero curiosa; además, le gustaba jugar a cosas complicadas como la vida. Así que se puso ya en serio, ya en broma, a tratar de jugar también, pues consideraba que éste juego valía su tiempo.
Comenzó por reflexionar que este juego universal de la vida, debía estar compuesto de símbolos o signos y espacios vacíos o no, que irían señalando para donde va ella con los seres que sustenta, según los valores a favor o en contra que estos acumulen.
Visualizó la vida como una gran sucesión de números contenidos, en una rigurosa ecuación en perspectiva circular, que posee todas las variantes hasta el infinito; además, cayó en cuenta que podía ser muy divertido como entretenimiento favorito de los seres humanos, desde que nacemos hasta que morimos, pero siempre y cuando conozcamos los principios de la matemática y la geometría de todo juego.
Entro a considerar que cada jugador necesariamente tiene que apostar, según el capital que posea al emprender el juego, y este se constituye en los recursos humanos de todo tipo, pues los créditos son restringidos, y sólo se otorgan de acuerdo al capital acumulado antes de comenzar éste juego, ( Los sin recursos suficientes sólo les es permitido servir de barra o fans, o mirones sin derechos, llámese masa o pueblo) Claro esta, porque dicen que ha ocurrido, que algunos vivos capitalizan recursos negativos, pues argumentan que por su número se vuelven positivos, y los presentan como capital a su favor, especulando en la bolsa de la vida.
Así que este juego trata de los recursos positivos y negativos de la existencia y, se puede echar mano a la calculadora de la inteligencia para facilitar las cosas; la habilidad y la oportunidad en el juego, es lo que marca la diferencia entre ser ganadores o perdedores.
Para llegar a estas conclusiones fue necesario que los creadores originales del juego clasificaran, ordenaran y resumieran los capitales de los potenciales jugadores, constituyéndolos en fichas con valor de conocimiento, según su contenido Biológico, genético, estético, social, político, económico, ético, histórico, cultural, y en general toda ciencia donde pueda apoyarse lo humano. Cada una de ellas equivale a puntos o valores que suman, restan, multiplican o dividen los capitales; es por eso que hay que llevar muy bien las cuentas, para luego no sentirnos estafados o engañados en el gran juego de la vida. Así que no nos engañemos y comencemos desde ya a sacar nuestras cuentas.
Como se debe comenzar por el principio, lo primero que se me ocurre es que hay que apelar a la conciencia para que nos proporcione notas rigurosas en el examen de nuestro estado de pérdidas y ganancias, y nos dé un neto de nuestro capital biológico y genético, que nos ilustre sobre el patrimonio inicial que heredamos, y así sucesivamente con todos y cada uno de nuestros recursos; luego haremos cuentas juiciosas de lo que por nosotros mismos hemos capitalizado pagando nuestros créditos, y veremos que pasa. En esta forma, de pronto tendremos algunas excusas oportunas para asistir o no al juego.
Como siempre cuando se comienza cualquier juego, algunos jugadores pretenden pasarse de listos, diciendo tener capitales que solo existen en su imaginación afiebrada, otros recurren a la industria estética porque se horrorizan del aspecto de sus pertenencias, y hay quienes pretenden pasar gato por libre en la aduna de la conciencia crítica, como si en el mercado o juego de la vida todo fuera posible.
Según los últimos informes de la bolsa de la vida, las aspiraciones se cotizan muy bien y con muy buenos rendimientos, también se especula con los deprimidos o incompetentes, para quien les queda grande la vida. Pero no hay que entrar en pánico, las crisis hacen que la economía de vida se renueva, y siempre hay un mañana para entrar al juego de la vida. El casino esta abierto 24 horas hacia el infinito.
Bogotá, Octubre de 2000
Comenzó por reflexionar que este juego universal de la vida, debía estar compuesto de símbolos o signos y espacios vacíos o no, que irían señalando para donde va ella con los seres que sustenta, según los valores a favor o en contra que estos acumulen.
Visualizó la vida como una gran sucesión de números contenidos, en una rigurosa ecuación en perspectiva circular, que posee todas las variantes hasta el infinito; además, cayó en cuenta que podía ser muy divertido como entretenimiento favorito de los seres humanos, desde que nacemos hasta que morimos, pero siempre y cuando conozcamos los principios de la matemática y la geometría de todo juego.
Entro a considerar que cada jugador necesariamente tiene que apostar, según el capital que posea al emprender el juego, y este se constituye en los recursos humanos de todo tipo, pues los créditos son restringidos, y sólo se otorgan de acuerdo al capital acumulado antes de comenzar éste juego, ( Los sin recursos suficientes sólo les es permitido servir de barra o fans, o mirones sin derechos, llámese masa o pueblo) Claro esta, porque dicen que ha ocurrido, que algunos vivos capitalizan recursos negativos, pues argumentan que por su número se vuelven positivos, y los presentan como capital a su favor, especulando en la bolsa de la vida.
Así que este juego trata de los recursos positivos y negativos de la existencia y, se puede echar mano a la calculadora de la inteligencia para facilitar las cosas; la habilidad y la oportunidad en el juego, es lo que marca la diferencia entre ser ganadores o perdedores.
Para llegar a estas conclusiones fue necesario que los creadores originales del juego clasificaran, ordenaran y resumieran los capitales de los potenciales jugadores, constituyéndolos en fichas con valor de conocimiento, según su contenido Biológico, genético, estético, social, político, económico, ético, histórico, cultural, y en general toda ciencia donde pueda apoyarse lo humano. Cada una de ellas equivale a puntos o valores que suman, restan, multiplican o dividen los capitales; es por eso que hay que llevar muy bien las cuentas, para luego no sentirnos estafados o engañados en el gran juego de la vida. Así que no nos engañemos y comencemos desde ya a sacar nuestras cuentas.
Como se debe comenzar por el principio, lo primero que se me ocurre es que hay que apelar a la conciencia para que nos proporcione notas rigurosas en el examen de nuestro estado de pérdidas y ganancias, y nos dé un neto de nuestro capital biológico y genético, que nos ilustre sobre el patrimonio inicial que heredamos, y así sucesivamente con todos y cada uno de nuestros recursos; luego haremos cuentas juiciosas de lo que por nosotros mismos hemos capitalizado pagando nuestros créditos, y veremos que pasa. En esta forma, de pronto tendremos algunas excusas oportunas para asistir o no al juego.
Como siempre cuando se comienza cualquier juego, algunos jugadores pretenden pasarse de listos, diciendo tener capitales que solo existen en su imaginación afiebrada, otros recurren a la industria estética porque se horrorizan del aspecto de sus pertenencias, y hay quienes pretenden pasar gato por libre en la aduna de la conciencia crítica, como si en el mercado o juego de la vida todo fuera posible.
Según los últimos informes de la bolsa de la vida, las aspiraciones se cotizan muy bien y con muy buenos rendimientos, también se especula con los deprimidos o incompetentes, para quien les queda grande la vida. Pero no hay que entrar en pánico, las crisis hacen que la economía de vida se renueva, y siempre hay un mañana para entrar al juego de la vida. El casino esta abierto 24 horas hacia el infinito.
Bogotá, Octubre de 2000
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